SEMANA
SANTA EN TURRE
Mención
especial tiene la Semana Santa del municipio, declarada de interés
turístico debido a distintas tradiciones únicas; es una etapa del
año muy emotiva, la cual todos los turreros/as y foráneos/as viven
con gran ilusión, entusiasmo y devoción, tres hermandades se
encargan de organizarla: Ssa. Hdad. de Nuestra Señora Virgen de los
Dolores de Turre, Ssma. Hdad. de Nuestro Padre Jesús Nazareno de
Turre y Ssa. Hdad. San Juan Evangelista de Turre.
Comienza
13 días antes del Domingo de Resurrección con "las novenas",
cuya duración es de una semana cada una, precedidas por una misa
consisten en el canto por parte de un denominado "Coro Noveno",
durante la primera semana, a los Tres Clavos de Jesús, representando
a su vez, las tres virtudes teologales: Fé, Esperanza y Caridad, de
la imagen del Nazareno (perteneciente a la Ssma. Hdad. de Nuestro
Padre Jesús Nazareno de Turre) y, en la segunda semana, a los Siete
Dolores de María representados por siete flechas en el corazón de
la imagen de la Virgen (perteneciente a la Ssa. Hdad. de Nuestra
Señora Virgen de los Dolores de Turre):
Primer
dolor: La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.
Segundo:
La huida a Egipto con Jesús y José.
Tercero:
La pérdida de Jesús.
Cuarto:
El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.
Quinto:
La crucifixión y la agonía de Jesús.
Sexto:
La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.
Séptimo:
El entierro de Jesús y la soledad de María.
El
último día de "las novenas" de la Virgen, bautizado como
el "Viernes de Dolores", se hace la novena igual a las
anteriores, con la particularidad de que cada vez que se empieza un
"Dolor" (canto o alabanza) la Virgen de los Dolores abre
los brazos para bendecir al pueblo, este día la Iglesia se encuentra
a rebosar y el encargado de mover los brazos de la imagen suele ser
un niño que se introduce dentro del manto y mueve las manos de la
Señora del Pueblo mediante un sistema de palillos interno en la
imagen, los momentos de emoción y pasión que se viven durante la
misa son señal del comienzo de la Semana Grande de la Semana Santa
Turrera.
Tras
la misa de "la novena" de "Viernes de Dolores" el
siguiente acto tiene lugar dos días después, el Domingo de Ramos,
en él se realiza una procesión-representación en la que todas las
personas que asisten portan una palma la cual es bendecida por el
sacerdote al llegar a la Iglesia, es tradición que los niños hagan
procesión teatral formando así una representación de Jesús
llegando a Jerusalén, son típicas las figuras de palma blanca y,
también a modo de representación de la multiplicación de pan y
pescado por parte de Jesús, el reparto de pan bendecido en la Plaza
de la Constitución
sobre
una barca.
Al
siguiente miércoles se realiza la procesión del Vía Crucis por
parte de la Hermnadad del Señor, con la imagen de Jesús atado a una
columna, la solemnidad, el respeto y el silencio son protagonistas en
esta procesión.
El
Jueves Santo por la noche se realiza en el templo local una
representación de la vida de Jesús, todos los milagros que hizo, su
enclavamiento, muerte y resurrección. Acto seguido, tiene lugar una
procesión en la que desfilan las tres imágenes; la Virgen de los
Dolores con paso de palio y trabajaderas a hombros, Nuestro Padre
Jesús con el cáliz con paso también trabajado a hombros y, con su
palma blanca en la mano, la imagen de San Juan Evangelista con
trabajadera a hombro, Turre se viste esta noche de pasión y
devoción, las saetas levantan el bello en las esquinas del pueblo,
bonita e impresionante estampa la que se vislumbra cuando las tres
hermandades entran por las estrechas y angostas calles de "Turre
Viejo" (Casco antiguo del pueblo) a la luz de las candilerías.
Al
alba del Viernes Santo sale el Señor Crucificado (Ssma. Hdad. de
Nuestro Padre Jesús Nazareno de Turre), procesión solemne y sobria
en la que los hombres del pueblo tradicionalmente arman el paso, muy
típicos los churros y buñuelos con chocolate en la plaza, a estas
horas en las que el frío de Sierra Cabrera rompe con más fuerza.
Al
mediodía del Viernes Santo salen de nuevo las tres imágenes juntas
en la procesión de "El Encuentro", una de las más
esperadas, de larga tradición y público de todas partes, la
procesión se divide una vez que están a la altura del Club
Social de la Tercera Edad,
la Hermandad del Señor se desvía por la Calle
Sorroche,
la Hermandad de San Juan y la Hermandad de la Virgen continúan hasta
la Plaza
de la Constitución
a
la altura de la fuente.
Una
vez allí se producen por primera ven en la Semana Grande las famosas
"Corridas de San Juan" en dos fases que levantan el asombro
entre grandes y pequeños, San Juan va hacia donde está el Señor y
cuando lo encuentra llevando la cruz a cuestas, vuelve corriendo a
contárselo a la Virgen de los Dolores, pero esta no le cree, por lo
que San Juan vuelve de nuevo a buscar a el Señor y acaba haciendo el
recorrido hasta tres veces, una vez convencida van San Juan y la
Virgen de los Dolores a buscarlo, siempre corriendo, para comprobar
que efectivamente su hijo lleva la cruz a cuestas, pero al llegar
unos romanos les cierran el paso cruzando sus lanzas.
Una
vez que que ha terminado la fase del Encuentro, el Señor continúa
su camino por la Calle
Sorroche,
en representación de su camino hacia el Calvario donde lo van a
crucificar. La segunda fase, cuando llega nuevamente a la plaza el
Señor se para, hasta él va San Juan y ve que lo van a crucificar,
este corre de nuevo a contárselo a la Virgen de los Dolores, y
ocurre lo mismo que antes, la Virgen de los Dolores no le cree y San
Juan hace ese trayecto corriendo hasta tres veces, cuando ya la
Virgen de los Dolores lo acepta y va con él corriendo a descubrir
que a su hijo amado lo van a crucificar, la representación de "El
Encuentro" está considerada de Interés Turístico, tras la
procesión típico es el tapeo de este día, que se hace con pescado
debido a la Cuaresma, siendo el bacalao el ingrediente estrella los
Viernes Santos turreros.
Esa
noche se produce la procesión del "Santo Entierro", una de
las más solemnes del Levante Almeriense, el luto y la seriedad
priman en esta lúgubre noche, salen de nuevo las tres hermandades,
la Hermandad del Señor con dos tronos trabajados a hombros, uno con
la Sagrada Cruz y la Sábana Santa y el otro con el Santo Sepulcro y
la imagen de Cristo desenclavado en su interior, escoltado por la
Guardia Civil y tras el cuál marcan las procesión las autoridades
políticas competentes junto con el párroco y las "manolas",
mujeres vestidas de luto con mantilla y peineta que lloran la muerte
de Jesucristo, tras ellos la Hermandad de San Juan, con sus
costaleros de traje oscuro y guante blanco en señal de respeto, y
cerrando, la Hermandad de la Virgen completamente de luto, suenan los
tambores y las cornetas en Turre y la seriedad es tal que, esta
noche, ni las saetas se aplauden.
Al
finalizar la procesión del "Santo Entierro", la Hermandad
de la Virgen realiza la procesión de "La Soledad", en la
que la Virgen sale buscando a su amado hijo, esta procesión no tiene
música y solo se oyen los rezos de los asistentes a la misma.
El
Sábado Santo por la noche, se realiza la "Vigilia Pascual"
o "Ágape Fraterno", misa en la cual comienza a
resurrección de Jesús. La Iglesia permanece abierta durante toda la
noche.
Y
llega el día más grande de la Semana Santa turrera, el que pone fin
a la misma pero que, a diferencia de en otros lugares, es el más
multitudinario, vistoso y con más afluencia de público, el Domingo
de Resurrección se produce la procesión de "El Resucitado"
y se llevan a cabo, por segunda vez las Corridas de San Juan, y
también las levantás al cielo de las tres hermandades y los
respetuosos "bailes" de las mismas.
Por
la mañana, al igual que los días anteriores salen de nuevo las tres
imágenes, con la diferencia que la Hermandad del Señor, que porta
la imagen de El Resucitado, toma otro camino para llegar a la Plaza
de la Constitución. La Virgen de los Dolores y San Juan hacen el
recorrido del Viernes Santo por la mañana, una vez en la Plaza de la
Constitución, a la altura de la fuente, San Juan corre la escaleras
de la Plaza, para ver que el Sepulcro está vacío (el propio
sepulcro se coloca en las escaleras en representación de la tumba
vacía de Jesucristo), tal es la sorpresa y el impacto que va a
contárselo a la Virgen de los Dolores de nuevo, repitiendo el
proceso del Viernes Santo. Desde allí, San Juan corre hacia la plaza
donde se encuentra El Resucitado, volviendo de nuevo a contárselo a
la Virgen de los Dolores repitiéndose el proceso otras dos veces,
hasta que la penosa madre cede y va con él a reencontrarse con su
amado hijo, este es el momento más emotivo y esperado por todos, se
sueltan palomas al cielo, se tiran cohetes, las bandas tocan y la
plaza a rebosar se convierte en un estallido de alegría, las
hermandades cambian sus túnicas a colores más alegres, a la Virgen
de los Dolores se le quita el luto y se la viste con un manto
celeste-oro y se levantan los tronos hasta arriba al grito de "¡Al
cielo con él/ella!", también se baila con los tronos (se
zarandean levemente), la procesión termina con un pequeño pero
emocionante concierto de música de Semana Santa en la Iglesia. Al
finalizar las hermandades montan una barra en la plaza para recaudar
fondos y toda esa tarde el pueblo es un hervidero de gente, alegría
y buen humor.