viernes, 14 de marzo de 2014

Fernando Valero


 GOLDA MEIR



Golda Meir (Meyerson),nacida Golda Mabovitch (Kiev,Ucrania, 3 de mayo de 1898 – Jerusalén, 8 de diciembre de 1978), fue una política,diplomática y, como estadista, la cuarta primer ministro de Israel. Fue la primera mujer en Israel  y tercera en el mundo en asumir tan alto cargo. Su política intransigente y su estilo de liderazgo le valió el apodo de «Dama de Hierro».
Antes de ser jefa de Gobierno fue embajadora del Estado de Israel en la Unión Soviética, ministra de Trabajo y ministra de Relaciones Exteriores.
Fue elegida secretaria general de Mapai en 1966 y se convirtió en líder de la oposición, así como la primera mujer en dirigir un partido político importante en Israel.Tras la repentina muerte de Levi Eshkol, el partido eligió a Meir como su sucesora,asumiendo el cargo el 17 de marzo de 1969.
Su mandato estuvo marcado por las luchas internas dentro del gabinete de coalición, con serios desacuerdos y conflictos. Finalmente Golda dimitió en 1974, dejando la dirección a su sucesor, Isaac Rabin.



Golda fue la séptima de los ocho hijos de los Mabovitch, una familia judía tradicionalista —aunque no religiosa— y de condición muy humilde, radicada en Kiev, actual capital de Ucrania y por aquel entonces parte del Imperio ruso. Su niñez supo de penurias y sufrimiento: cinco de sus hermanos mayores murieron de pequeños a causa de la pobreza y las enfermedades.Su familia vivió en carne propia los pogromos antisemitas que asolaron a los judíos europeos a principios del siglo XX. En tanto su padre Moshé, un modesto carpintero, en 1903 decidió emigrar a los Estados Unidos en busca de sustento, dejando atrás a la pequeña Golda de 5 años junto a su madre autoritaria, y a sus hermanas: la pequeña Zipke, y su hermana mayor, Sheyna. Golda admiraba a esta última, que se había afiliado a círculos sionistas socialistas clandestinos, castigados duramente por las autoridades del Zar. Fue en ese mismo año que pogromos especialmente violentos provocaron las protestas de la comunidad judía en Rusia. La pequeña Golda, que contaba con sólo cinco años, quiso participar en las protestas, pero la familia no lo permitió.
Con el padre lejos y sumidas en la miseria, las cuatro mujeres se marcharon a Pinsk —hoy Bielorrusia— a la casa de su familia materna en busca de mejor suerte.El hambre era a veces tal, que las pocas migajas alcanzaban a alimentar sólo a Tsipke. Golda Meir diría años más tarde: «Siempre sentía demasiado frío por fuera, y demasiado vacío por dentro». Cuando a todo ello se sumó el peligro de que las actividades prohibidas de Sheine amenazaran a la integridad de la familia, decidió la madre, en 1906, reunirse con el padre, y la familia emigró a Milwaukee, Wisconsin.
Aquellos duros primeros años, fraguaron el carácter de quien recibiera mucho más tarde el apodo de «la mujer de hierro».«Llevo conmigo el complejo de los pogromos, lo reconozco» —dijo— «mi recuerdo más remoto es ver a mi padre tapando con tablas las entradas de la casa, ante la inminencia de las hordas enardecidas». Según la propia Meir, «si cabe una explicación al rumbo que tomó mi vida, es seguramente mi deseo y determinación que nunca más tuviera un niño judío que vivir semejante experiencia».
Durante el tiempo que Moshé estuvo en los Estados Unidos pudo ahorrar el dinero suficiente para reunir a toda su familia. Blume, la madre de Golda, abrió una tienda de comestibles en el sector norte de Milwaukee, donde la pequeña Golda quedaba al frente con tan solo ocho años cuando su madre salía al mercado a comprar provisiones.




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